ourissues

martes, enero 18, 2005

Gracieta en Barrenetxe

Que resulta que he ido a encargar unas tartas y unos pasteles y unas botellas de cava para unos amigos de Amaia a Barrenetxe y después de que la dependienta pesara los pasteles e hiciera la cuenta le doy mi tarjeta kutxa y me trae a firmar un ticket de ¡293 euros!

Yo me quedo traspuesto porque está claro que la reposteria -más si es ñoñostiarra- va bastante cara, pero ¿50.000 pelas? No me cuadra. Yo muy digno le comento amablemente que necesito el ticket con el desglose de importes por artículo, pensando para mis adentros que la individua se ha "columpiao". Y no va y me dice que se le ha acabado el papel.

Total, que le digo que o hay ticket o no firmo y otra que andaba por allí -creo que la encargada- le dice que me dé el ticket que se va registrando en el interior de la caja. La dependienta toda digna -y ciscándose en la madre que me trajo al mundo- me da el puñetero ticket tras forcejear con la dichosa maquina y unas tijeras dignas de Balenciaga durante más de cinco minutos y cuando se dispone a puntear los artículos se da cuenta de que aquello no suma los 293 ni para atrás.

Odisea. Ahora hay que encontrar a alguien en la tienda que sepa anular un cargo en la tarjeta. ¡Increible! Nadie sabe hacerlo. Yo, aprovechando que mi contraparte algo sabe de eso le llamo -y con la excusa le pregunto por mi niñita que ya hace cinco minutos que no sé nada de ella- Cuando le digo que el datafono es del BBVA el tono de voz le cambia y le sale lo de barrer para casa. "Lo que tienen que hacer es llamar a su entidad financiera".

Le cuelgo a Amaia -el teléfono- y le espeto al fulano que tengo más cerca algo así como "si no sabes anular el cargo tendrás que llamar a tu entidad, pedazo estulto, que llevo aquí más de un cuarto de hora" -las cursivas no las he pronunciado- y total que el pobre imprecado es el que me ha resuelto el problema.

De todas formas voy a conectarme a kutxa para comprobar cómo está la cuenta porque no me fío ni un pelo. ¡Estos del BBVA!